lunes, marzo 07, 2011

PABLO

Hoy he tenido una revelación. Y no, no soy propenso ni tampoco ducho en apariciones divinas, ni mucho menos. Pero Pablo ha tenido hoy mucho que ver al respecto.
Hace unos meses un compañero me pidió el favor de buscar en la bendita red(ares, emule...) una película de un cura montañero que había tenido repercusión en los medios de comunicación al morir en un accidente en la Moncayo.
Recuerdo como si fuese hoy mismo que con ahínco me dedique a indagar por la red: imposible dar con la película. Que si un film porno, que si un documental sobre la misoginia... Nada, que lo di por imposible.
Y hoy, sí, justamente hoy, y después de (justo tenía que haber sido esta misma tarde) mi amigo de mismo nombre, una amiga de mi madre que por casualidades de la vida no es para nada cristiana nos aconseja ver “la última cima”.
Ya ni me acordaba del nombre de la película y además insiste que no la borre. Que el resto de seudo-películas las borre de inmediato, que no valen un pimiento. No obstante, y cito palabras textuales:” no olvidéis visionarla”.
Y da la casualidad que me equivoco y me pongo a ver un tubo de mucho cuidado. Esperando que cambie pierdo la paciencia y acabo pensando que la amiga de mi madre tiene el gusto en las panderetas, y que menudo turrón que me había tragado.
Pero, no desfallezco y por segunda vez doy con la susodicha película. Empieza y me imagino algo de montañismo. Pero, no, ni mucho menos, es aquel documental sobre Pablo Domínguez y su vida-muerte. Increíble. He dado con Pablo y sin quererlo. En el momento que más le necesitaba. Solo pudo dar gracias a Dios por haberle conocido. Hay otros Pablos que siempre llevo en mi memoria, como un castigo, como un bendición. Uno es el poeta: inspiración en los momentos duros. El otro es mi amigo. Siempre en el corazón.