EL ÚLTIMO ROMANTICO

Ayer se fue el último romántico, el mejor compositor español de estos últimos 40 años y para más INRI el que más me ha destrozado el corazón. La primera vez que tuve la oportunidad de alucinar con su estilo propio suspiré por cada poro de mi piel. La ocasión la merecía ya que alguien se inventó su muerte. Bulos aparte, el fallecimiento de su esposa- compañera le había dejado abatido, el alma a flor de piel , para los más nostálgicos nos ofreció un recital imposible de olvidar. Aquella noche no pegué casi ojo y sentí que pertenecía a una especie casi extinta de retrógrados que no tienen bemoles para mirarse al espejo sin devolver cada mañana. El tiempo pasó, otro tiempo, otra era, años pasaron hasta que se volvió a presentar de nuevo la oportunidad de sentirle cerca, esta vez venía con el grupo de toda la vida y no fue lo mismo. Fue distinto, ni peor ni mejor. Otra compañía, menos chocante, esta vez había gente en la sala de espectáculos. La primera no había nadie, o casi nadie. Esta vez, rodeado de amigos, supe que sería el final. Da la casualidad que esta semana no escucho otra cosa que a ENRIQUE y a ANTONIO. Ambos me dan la vida, y me la quitan. Supongo que los orígenes nos vinculan a nuestros miedos más íntimos. “en una décima de segundo” ambos caminan juntos por el olimpo de los dioses. Ya no habrá más recitales, ni canciones hirientes a pie de barra: ya solo nos quedará el recuerdo de nuestras pesadillas. No importa su deceso, importa mi amor por su obra. Importa que llore cada vez que “tengo poco apego a la vida”, vale la pena volver a sentirte vivo. A pesar de que la sociedad actual nos empuja a la misantropía , tengo ganas de sentirme amado. Quiero creer que vale la pena vivir las desgracias, acercarme al lado oscuro de la materia para apreciar de veras los pequeños momentos de una taza de café , el aliento de la amistad en las venas.
Ahora que se ha puesto de moda la MIMOTERAPIA, “se regalan abrazos” y el sentimiento colectivo del amor, nada nos queda salvo sus canciones. Silencio que empieza el recital de Antonio Vega, el último romántico. Hoy estoy de luto, ¡ no se puede esperar gran cosa de mis anhelos!