lunes, septiembre 07, 2009

DESDE EL HORIZONTE HASTA LA QUINTA COLUMNA

No lo veo, casi lo acaricio con la palma de la mano y se evapora entre nubes de tacto algodonado. Está ahí, lo sé. Aparece y desaparece el viejo sol tras de él, con cariño, diariamente, esperando nada. Los últimos rayos de luz se disipan a la espera del fin del día. Mientras, los animales se cobijan hasta la hora adecuada. Todo biólogo conoce que la mayoría de los seres vivos terráqueos viven, se alimentan y procrean en ese espacio de tiempo. Tiempo breve y hermoso es fin e inicio del día. Y, desde el horizonte, el sol se pone dejando paso a las tinieblas que pueblan mi corazón. Es triste, melancólico, indeseable pero es la única verdad que conozco. El futuro ya fue escrito desde hace siglos. Desde mucho antes de mi propia concepción ,desde los albores del inicio de la raza DEShumana. Y es en ese mismo instante cuando tomo consciencia de mi existencia, de mi decadencia inicial. Me calzo, zapatillas usadas mal olientes que no dicen nada. El jersey verde no me sienta nada bien, repetido conmigo mismo hasta la saciedad. Ya no me apura el hecho de que no me guste a mi mismo. En el espejo solo veo decadencia y solo me dan ganas de devolver al ver mi faz en el espejo diario. Las zapatillas me hacen daño en el dedo pequeño, el jersey me queda asqueroso. ¡ya no me sorprendo a mi mismo!
Y alguien me habla de la quinta columna, de no perder la fe en esperanzas fatuas, que me involucre en un espíritu nuevo, que a pesar de verlo todo negro hay posibilidad de sentirse parte de un grupo de desasistidos. Gente que no confía en el sistema hasta el punto de querer volarlo por los aires. Son infiltrados en la sociedad , autodenominados “libre pensadores” que no se creen la denominada versión oficial.
Y Fabio piensa que todos, cada ser humano en sí mismo quiere sentirse parte integrante de un movimiento propio, llámalo si quieres nacionalista, sentirse parte de algo, de alguien , de un grupo, de un gusto, de un color, ser distinto al resto, diferenciarse aunque solo sea una milésima del conjunto vacío de una sociedad podrida resumida dos palabras por los más anarquistas: “PUTA DECADENCIA”.
Y me miro al espejo, yo también quiero sentirme integrado, ser parte de algo, ser distinto…pero no puedo. No quiero. No puedo. no quiero y no puedo. Mi fin YA está escrito. Quiero ser quintacolumnista, pero no puedo. Hace años que dejé de ser liberal. Me he acomodado tanto en el sofá que ya no veo la diferencia entre el bien y el mal. Os envidio, incluso sexualmente tenéis morbo. Será la erótica del poder de la quinta columna.

2 Comments:

Anonymous binfer said...

las columnas siempre soportan los edificios, pero ya sabes que las mejores vistas siempre estan en las azoteas...

5:14 p. m.  
Blogger fabio said...

me dan miedo las columnas. Creen que nos sustentan pero nadie se fija en ellas. La gente observa los techos e incluso las paredes, pero nunca las columnas. En marruecos todo el mundo sube a la azotea para disfrutar del fresco del atardecer.Así son las azoteas.

11:55 p. m.  

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