martes, septiembre 29, 2009

CALLE POLÉMICA

El agua de la alcantarilla resuena desde lo lejos hasta romperme los tímpanos. El ruido en exceso es dañino para la salud, más bien como la mayoría de las cosas que nos afectan en nuestra vida cotidiana. Es el ruido lo único que atormenta mis sentidos en ese momento. Ruido y más ruido sin ningún tipo de consciencia.
Inicio de novo mi paso con celeridad inquietante. No miro a los transeúntes a la cara, no lo hago desde hace años. Puedo pasar cerca de mi madre y no la reconocería. Porque cuando deambulo por la calle es mi único instante del día reseñable que es solo mío.( salvo el del retrete que me produce una satisfacción nada desdeñable). No obstante deseo, anhelo, quiero hablar con la gente. Quiero pararme y hablar con la sudamericana que tiene una cara angelical, entrar en la tienda exótica de venta de bacalao que huele a demonios desde el otro lado de la calzada, discutir con el jubilado sobre la obra de soterramiento de la nueva estación de cercanías. No obstante es un antojo que queda en el vacío. Se pierde y no vuelve. No tengo tiempo que perder hasta llegar a mi destino.
Y sigo bajando en ruta con las gafas de sol protegiéndome de las miradas indiscretas.( mis ojos hablan mis verdades que mis labios), con mi I-pod repitiendo la misma cantinela sin cesar, me encanta y me hace sentirme….¿ libre?. El jersey de rayas al hombro, fotografía de una estampa cada día vivida y soñada. La piel se me eriza hasta el infinito cuando me acuerdo de ella. No obstante, eso es el pasado y duele. El dolor es parte de la vida, como la muerte y la desesperación. Como los chicos no lloran, no me tengo que preocupar de lo que opine la gente cuando las lágrimas caigan por mis mejillas, de la misma forma que caían por la de ella.
Y bajo hoy por la misma calle, encontrándome las mismas ánimas en mi camino hasta el trabajo de mis sueños. Algo ha cambiado, ya no soy el mismo. Un nuevo periodo comienza y algo en mi corazón me dice que debería estar feliz y contento con la nueva etapa que brota hoy. Nieva esta mañana en la calle de Fabio. La vida corre y yo corro detrás de ella. El ruido me llama, me visto y el dolor penetra por la piel de mi camiseta. Escribiré todo cuando vuelva a casa. La lluvia del mañana agobia, nieva , parece que todo se romperá esta mañana. Ahora está vacía, quiero unirme a ella, pero no sé hacia donde dirigirme. Christine era la primera que quería amarme, me presentó una lista de deseos que tenía que satisfacer para entrar en su vida, rosas mezcladas con jazmín, no sabré nunca si hubiese podido satisfacerla, bajo calle abajo hasta los brazos del vacío. En mi habitación es la soledad la que golpea con violencia mi puerta. En frente de la cara de mi abuelo no veo dolor alguno. El reloj indica que se acerca la hora del cambio.
Previamente…..