viernes, mayo 04, 2007

AUSTER ET DIEU


Atesora calidad a raudales y parece que me va a gustar. “ Libros son los que estoy ojeando de este autor polifacético e impredecible. ¿O quizá un poco predecible? La forma de escribir se parece mucho a la de maestro Saramago. Testos de fácil lectura, sin palabras demasiado complicadas, pero con un contexto interno que apabulla e inquieta. Además la literatura contemporánea adolece de una gran crisis apenas superada por Harry Pottas y su más que encomiable éxito de superventas. Envidia o quizá mal aversión es alguna de los restos de un naufragio tan previsible como el del Titanic. En cristiano y para que todos nos entendamos, que el amigo Auster no va a levantar al cadáver de la literatura de fin de siglo XX inicio del XXI, pero puede dejar un regusto a calidad y pinceladas de razonamientos convexos que invitan a una lectura de metro agradable y a una cogedura de tarro bastante elegante. Paseando por el último rincón de paz espiritual al abismo de unas olas convulsas a pie de playa de Sopelana, estratos al fondo, bajamar bajo las rodillas y un frío en los pies que rompen el alma, me he dado cuenta que el mar es para mi ese Prozac descafeinado que me invita a disminuir una Depresión que durante momentos parece insoportable. Nada más lejos de la verdad. Nada más amargo que un dulce de chocolate. Nada más seco que la marea rozándote las espinillas, nada más increíble que la mar azul bajo un cielo azul(perdona redundancia) y con una pizca de nubes que dibujan un matiz de vida que, sin duda alguna, me merezco más que nadie. Quiero ser feliz y me lo merezco. No es indolencia ni petulancia, pero bastante sufrimos para no saber disfrutar de un minuto de paz cuando llega por fin. Estaba contento y se me notaba, estaba riendo y no me importaba, ¿es un pecado? Solo creo que es parte de la vida, parte de la mía, por lo menos