domingo, enero 20, 2008

LEJOS DE ELLA

Si en esta vida hay algo peor que la muerte, eso es la “muerte en vida” o la muerte neuronal. Perder tus recuerdos, las cosas más íntimas. J. Christie lo dice claramente: cosas que me gustaría recordar, sencillas y a la vez vitales para la supervivencia no soy capaz de hilvanar. Pero lo más angustioso, lo más doloroso permanece en mi memoria y tengo que sobrevivir con su imagen cada día que me resta de supervivencia. Y es que ella ya no se acuerda ni de su casa, ni de su marido, ni de su vida anterior, ni de leer, ni de la filosofía, ni de los atardeceres de Islandia. Sólo recuerda lo inmediato, como un niño pequeño e incluso mucho menos. Necesidades básicas que no pueden ser solventadas con un simple apretón de manos. Se le olvida vestirse, llorar, reír…se te olvida la razón por la que sigues viviendo pero recuerdas muy bien la infidelidad de tu marido y las crisis de un matrimonio que un día hizo aguas , pero que durante los 20 años siguientes han sido un vals austríaco de primeros de año. Pero no suena música clásica, sino “harvest moon”( http://es.youtube.com/watch?v=XQXnvNwGTAY) y bailan toda la noche de la despedida. Un baile lento a la luz de la nieve mientras el amor desaparece y todo es culpa del Alzheimer. Mañana ya no se acordará, una mente que se ha ido en un cuerpo retenida. Ella ya no es ella, se ha ido para siempre pero él se reíste a creerlo. Sería capaz de hacer cualquier cosa para que ella volviese cuando ya está muerta. Muerte cerebral lo llaman los médicos. Muerte memorial lo llamaría yo.
Entonces son de nuevo extraños, desconocidos. Él ya es viudo y todavía no es capaz de admitir su nueva situación mientras el crepúsculo de un nuevo día resplandece en el horizonte. No importa si es de día o de noche, la nieve lo refleja todo en invierno. El frío se introduce hasta dentro de sus pantalones y el sexo sólo es una herramienta para conseguir un fin predeterminado. Vivir el final de un ser querido es malo, pero ser partícipe de su decadencia es insoportable. ¿Alcohol curalotodo? No es remedio suficiente para hacerte abandonar este cuerpo maldito en un atardecer sombrío. Ya nada tiene sentido y él la mira desde la muerte, es feliz observándola desde la distancia mientras que un adolescente anhela poseer un día ese gran tesoro, esa gran virtud. Ya nada es prolífico, la sencillez más absurda invade tu vida cuando la primera pregunta que te viene ala cabeza solo es ¿porqué me tiene que pasar a mí?

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La vida es tan sencilla, que cuando queremos darnos cuenta... nos hemos liado.

Gracias pro el vídeo de N. Young. Nuevos bríos para mis latidos.

12:22 a. m.  

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