sábado, agosto 08, 2009

¡ESCUCHA!

Escucha las palabras que te dicen lo que tienes que hacer, escucha el silencio del tumulto cuando deambulas por una gran vía, escucha a Dios en tus plegarias, en la iglesia, en tu conciencia. Escucha el sonido de la música golpeando tu inconsciente, escucha el pregón del pueblo cuando ya no hay nadie, escucha las oraciones de los políticos susurrando en el telediario, ellos saben lo que te conviene. Escucha a tu madre cuando te echa 3 cucharadas de sopa cuando tú sólo quieres una. Escucha a la máquina del surtidor cuando dice” ha elegido usted gasolina sin plomo 95….”, así nunca te equivocarás al rellenar el combustible de tu automóvil. Escucha a tu jefe a la hora de salir:”!todavía queda tajo por terminar!”, escucha a tu vecino cuando se queja del ruido que produces a las 2 de la mañana mientras te practica una felación una lumi cualquiera: “lo hice porque estaba desesperado…”. Escucha mientras la esperanza de un día mejor se me mete en el cerebro, suave como el tacto de una lija.
Escucha muy por encima de las sintonías oficiales, ellas piensan en el “bien común”, no en “tu bien”. Dios, escucha mis plegarias para contigo, escucha mis dudas en la toma de decisiones, mis miedos escénicos que de nada servirán en el juicio final, escucha mi yo interior, es fuerte y sano.
Escucha las leyendas sobre la inmortalidad del alma de Platón, ya que le cuerpo y alma solo están juntas en vida, en muerte se separan: el alma se convierte en nada, y el cuerpo se transforma en…¿pasto de gusanos?
Escucha los cotilleos de la tele, ellos toman el pulso a la estupidez humana, saben cuáles son nuestras frustraciones y las explotan sin límites, las explotan una y otra vez hasta que acabamos hartos. Entonces y solo entonces, buscan otra frustración y la exprimen hasta volver al punto de hastío de partida. Todo ello se repite constantemente en un bucle infinito.
Escucha entonces mis miedos más perturbadores, ellos albergan la aniquilación de la raza humana, guardan con celo el quid de cuestión; Dios, escucha mi llanto en mitad de la noche, no es fruto de la felación, es el origen de una simetría del alma y el cuerpo. Juntos bien, separados no significan nada. Escucha el latido de mi corazón, esconde un misterio sin resolver. Dios, ayúdame a entenderme, yo mismo ya no sé en qué me convertiré dentro de una semana.
!escuchame joder!!no me dejes así!