AMODIOA EZ DA MATEMATIKA, ANTZA DENEZ
Salta a los ojos que la vida me sonríe. Cualquiera que tenga los ojos abiertos,cosa dificil de creer en un ser humano contemporáneo, se puede percatar de la fragilidad de mi corazón y la facilidad que supone para los seres más queridos que se agolpan a mi alrededor hacerme daño. Hace tiempo que dejé de ser un témpano de hielo para pseudo parecer un ser humano que siente y padece lo que sucede a su alrededor. No es que en el pasado hay querido dar pena o hacer sentir a mi semejantes que la vida no me estaba tratando del todo bien, que era demasiado pusilánime para afrontar con garantías el resto de mi futuro petulante(sí, sí cada día más pedante e insoportable) y encarar día a día un pasado triste que DEBE tornarse alegre , en un campo donde aparecen poco a poco ciertas margaritas de primavera. Huele a césped recién cortado en mi corazón, “mi pequeño principito “ ha dejado de buscar como loco planetas que conquistar…En resumen, a simple vista todo va sobre ruedas. Digo a simple vista, porque nunca va todo perfecto. Todos sabemos , sobre todo Binfer, que la perfección no existe. Él me incita con sus sabias palabras a “no esperar nada” de nadie y vivir el presente , nunca olvidando el pasado y mirando de reojo el futuro, pero siempre con ilusión. Por alusión a mi pasado reciente, solo querría recalcar que en ningún momento lo he vivido como “borrón y cuenta nueva”, intento aprender de mis errores y recapitular en frío se ha convertido en una de mis pequeñas obsesiones. Ahora me siento en la necesidad imperiosa de analizar mi miedo RACIONAL, constatar la evidencia de mi existencia banal y concluir con éxito mi única razón para la cual reconozco que fui engendrado: dar y recibir felicidad. Porque ahí esta el quid de la cuestión, en ser feliz y tratar de hacer felices a los demás. La muerte casi me hunde y creo que no se me puede reprochar nada. He intentado reiteradamente agarrar el toro por los cuernos y voltearlo. Vencerlo con sus propias armas, que caiga desesperado y tornarme victorioso ante la adversidad. Nunca dije que la vida fuese sencilla, sin oque no sabía que me iba a golpear con tanta crudeza. ¡nunca lo pensé!, de veras. Ahora que me siento más fuerte, anímicamente hablando, me veo con fuerzas de encarar el destino de mi vida. Solo hay uno: amar y ser amado….¿ o es que hay algo más?